martes, 19 de agosto de 2014

Avilés Historia de Avilés


HISTORIA DE AVILÉS






Avilés







Su historia empieza a documentarse en torno al siglo X, y nos habla de una villa situada al fondo de la ría y protegida por el castillo de Gauzón construido por Alfonso III el Magno para la defensa del puerto, y de las incursiones piratas.











Castillo de Gauzón

 



 Los restos del castillo aún pueden verse en el Peñón de Raíces en lo que hoy en día es Raíces NUEVO (Castrillón).
En este castillo, es donde se recubre de oro y pedrería la cruz de Pelayo para su donación a la Iglesia Ovetense.
Su situación marcó su destino tanto por ser el puerto de Oviedo, a menos de una jornada de camino fácil, como por su ría que divide a la ciudad en dos, tanto geográficamente como económicamente, pesca en Sabugo y COMERCIO y artesanía en la villa amurallada.



Castillo de Gauzón



En 1085, Alfonso VI otorgó un fuero a Avilés, donde ya existía una población desde tiempos romanos. El fuero de Avilés le da categoría de Villa de Realego y a lo largo de la Edad Media apoyará siempre a la corona, a quien paga impuestos. Avilés no fue nunca feudo ni tuvo otro tribunal competente que los reales. El fuero original se conserva en el Archivo municipal junto con una copia romanceada, joya histórica, lingüística y jurídica por la que la villa adquiere categoría de realengo, sin sometimiento señorial y con unos privilegios económicos y civiles, guardando una inquebrantable fidelidad a la corona. En esta época, Avilés demostró su valor estratégico en lo económico, con el monopolio de la sal, teniendo su almacenamiento y distribución.





También hay que destacar su comercio marítimo, que recorría desde el cabotaje Cantábrico al comercio con el Norte de Europa, Portugal, Francia y la Península. El privilegio es repetidamente confirmado por los reyes, además de acrecentado y mandado respetar cuando los intereses señoriales o de las comunidades trataban de imponerse. El primer DOCUMENTO se perdió en fecha incierta y el conservado es una copia de 1289, según confirmación hecha por el rey Alfonso VII el Emperador en 1155. Las fuertes murallas de la villa y su ley ofrecían libertad y seguridad frente al poder de los señores y de la Iglesia. La libertad comercial fue otorgada desde “la mar hasta León”, siendo posteriormente ampliada por Fernando IV a todos los reinos de León y Castilla, con excepción de Murcia, Toledo y Sevilla.





El fuero tiene un gran interés lingüístico, armonizando romances tan distintos como el asturiano y el provenzal, fruto de la estrecha relación con los puertos de Francia. A diferencia de los fueros de Estella o Jaca, que están esencialmente en romance provenzal, el fuero de Avilés muestra una cierta integración de la población extranjera en la ciudad. Entre los siglos XII y XVI Avilés vive un momento de esplendor mercantil a través del tráfico portuario; en los cays se depositaban muchas mercancías destinadas al mercado de Oviedo, lo que dio lugar a querellas entre ambas poblaciones por el reparto de tasas y tributos.







Archivo Municipal de Avilés



En Avilés se encontraba el alfolí de la sal de Asturias y León, distribuyendo la producción de salinas gallegas, portuguesas, francesas e incluso andaluzas. En 1309 Fernando IV concede al alfoz de Avilés los concejos de Gozón, Illas, Carreño, Castrillón y Corvera.

Alfolí de Avilés






La muralla que circundaba la villa fue el condicionante de mayor importancia de la distribución urbanística. De los fuertes muros, demolidos en 1818, sólo quedan restos visibles incorporados al palacio de Camposagrado.







 Palacio Camposagrado







De esta época se conserva el palacio de Valdecarzana o casa de Pedro el Cruel o de la Baragaña, que fue ALOJAMIENTO y lonja de algún burgués medieval. En el año 1479 se produce un gran incendio en la villa; los Reyes Católicos conceden varias mercedes a la villa para ayudar a su recuperación, como la concesión del mercado semanal de los lunes que sigue celebrándose.




   palacio de Valdecarzana


En aquella época, extensas manchas forestales en los alrededores, que se EMPLEARÍAN para la construcción de buques para las naves de la Armada Invencible, galeones y galeras para el servicio de los Austrias. Muchos marinos avilesinos intervienen en hechos de armas notables. Suele decirse que Rui Pérez (aunque investigaciones recientes indican que el nombre correcto es Rui González) capitaneaba uno de los navíos de la escuadra de Ramón de Bonifaz que con su sierra en la proa cortó el puente de tablas de Triana que permitió a los cristianos conquistar Sevilla, hecho que se recuerda en el escudo de la villa. Escudo de Avilés se basa en el escudo habitualmente usado desde 1979, adaptación del blasón barroco que se encuentra en la fachada de la casa consistorial.
En campo de Gules (rojo) y sobre ondas de azur y plata, una nave de tres palos, de oro, con velas desplegadas de plata, con una sierra en la proa, con una cruz de oro en el palo mayor, embistiendo unas cadenas soportadas por dos torres de oro. En los palos mayor y trinquete, una bandera corneta de plata en cada uno, y en el palo de mesana una bandera corneta cuartelada de azur y plata. Todo sobre un escudo ovalado, adornado con lambrequines y rematado con una corona real cerrada.
Dice la tradición que su origen está en la participación del marinero avilesino Rui-Pérez en la conquista de Sevilla por el rey Fernando III en 1248. Iba al mando de un barco en cuya proa portaba una sierra con la cual rompió la cadena que unía las Torres del Oro y que impedía la entrada por el río Guadalquivir a la ciudad.






Escudo de Avilés


Otro marino célebre es Pedro Menéndez de Avilés, primer adelantado de la Florida, por este motivo la ciudad es conocida también como La Villa del Adelantado de la Florida o, simplemente, Villa del Adelantado.



Edad Contemporánea:

En mayo de 1809 avanzó sobre Avilés la brigada napoleónica de Marcognet, a la que trataron de detener los mal armados vecinos, siendo derrotados en Valliniello. Se produjo una carga por el puente de San Sebastián en la que murieron doscientos hombres.



Puente de San Sebastián

Los franceses ocuparon el palacio de Camposagrado, organizándose la resistencia mediante celadas en las calles contra soldados aislados o en pequeño número. Tan eficaz fue esta estrategia que el general Kellerman mandó una orden a las autoridades locales haciéndoles responsables de las vidas de sus soldados.
En las guerras carlistas algunas partidas pasaron por la villa, como la del general Sanz.

En el siglo XIX se construye la dársena de San Juan de Nieva,



dársena de San Juan de Nieva




Nuevas industrias como la fundición de Arnao y telares, se trae el telégrafo, y ferrocarril y se deseca la ría en la zona donde se ubica actualmente el parque del Muelle, uniendo el núcleo marinero de Sabugo y la Villa.
La industrialización se inicia en el siglo XIX con el asentamiento, entre otras, de la Real Compañía Asturiana de Minas en el vecino municipio de Castrillón, cuyos productos son comercializados por el puerto de Avilés que, a pesar de su nombre ocupa también terrenos castrillonenses.
 

 Castillete del pozo de la mina y edificios anexos en Arnao

 En 1891 se INSTALA el alumbrado eléctrico, siendo la por aquel entonces villa burguesa uno de los primeros lugares de España en disponer de este servicio. En 1893 el Doctor Claudio Luanco crea la fiesta del Bollo, que sigue celebrándose con gran arraigo popular.


















lunes, 18 de agosto de 2014

Aviles la villa gran desconocida de Asturias


Avilés la villa gran desconocida de Asturias




Panoramica de Avilés


Avilés le debe al Centro Cultural Oscar Niemeyer una presencia inusitada en los medios de un año a esta parte. Presencia muy poco habitual para esta ciudad asturiana que era, frente a Oviedo y Gijón, un poco la hermana pobre de Asturias.
Pero Avilés con Niemeyer o sin Niemeyer (esperemos que con Niemeyer, ya que se ha hecho el gasto) es una ciudad encantadora rincón de Asturias por el que vale la pena pasar y en el que vale la pena estar.



Centro Oscar Niemeyer

Avilés concentra la mayor parte de su encanto en un precioso casco viejo de piedra húmeda y soportales, lleno de casas señoriales, con algunas pequeñas iglesias, muchos bares y un sabor a mitad de camino entre lo montañés y lo marinero, bastante propio y original.


  Avilés Casco Antiguo

Lo más característico del Avilés de toda la vida son sus calles con soportales, una verdadera necesidad dado el húmedo y caprichoso clima de la ciudad. Pero una necesidad que se ha cubierto con profusión, elegancia y, sobre todo, variedad: desde los señoriales del Ayuntamiento, amplios y altos, espaciosos; hasta los de alguna callejuela en los que casi no podemos pasar de pie.


Soportalesen el centro de Avilés


En estos soportales se encuentran los vecinos, se ponen al día de los sucesos cotidianos y se apuran los chatos de vino o las cañas de cerveza, sobre todo desde que fumar es un problema en el interior de los muchísimos bares, también de todo tipo, que encontramos 


Bares en los soportales de Galiana


La calle Galiana es el mejor ejemplo de esto: levantada en el S XVII (es decir, no forma parte de la zona medieval de la ciudad intramuros) tiene casi 300 metros de soportales, en su tiempo pensados para que los artesanos trabajasen al aire libre, ahora llenos de bares, vinoteras y locales de lo más variopintos.


Calle Galiana




Bajando por Galiana llegamos a la plaza del Ayuntamiento, que es un espléndido edificio con el que la ciudad empezó a salir del pequeño cerco de la antigua muralla. De hecho, el propio Ayuntamiento miraba extramuros, y a partir de él empezó a nacer la bonita plaza en la que hoy lo encontramos.



Ayuntamiento


 Plaza España en Navidad


Ayuntamiento


Si profundizamos en el casco viejo, hacia la ría, nos encontraremos con las calles más antiguas de Avilés, con rincones con un aire completamente medieval y algunos preciosos palacios, especialmente el del Marqués de Camposagrado, que es un edificio impresionante, de hecho, según algunos es el mejor ejemplo del barroco asturiano.

 Edificio Camposagrado

Palacio del Marqués de Camposagrado Aviles




Muy cerquita está la Plaza del Carbayo, quizá el rincón con más encanto de este casco viejo, con la Iglesia Vieja de Sabugo, pues Sabugo era el barrio de los pescadores fuera de las murallas. Ya estamos muy cerquita de la ría.


 Plaza el Carbayo


Al otro lado está el S XXI, el Centro Niemeyer que de tan moderno que es no sabemos si tiene mucho futuro (esperemos que sí lo tenga con una gestión racional y solvente, es demasiado hermoso para que se pierda sin más), pero a esta parte de la ría Avilés ya lleva siglos esperándonos, ofreciéndonos mucho y recibiéndonos con esa hospitalidad tan especial de los asturianos.


 centro Oscar Niemeyer visto desde la pasarela de acceso


Hemos hablado de bares y también hay que hablar de restaurantes, porque en Avilés, como en casi toda Asturias cabría decir, se come bien y se come mucho, que es algo que gusta: las raciones generosas son, efectivamente, un rasgo de generosidad que hay que apreciar.
Se come bien y, como decimos, se come mucho, y además en casi cualquier lugar: en los bares los pinchos son buenos y las tapas deliciosas; en los restaurantes más modestos un menú del día sencillo es una experiencia más que satisfactoria...
Y si bueno es lo medio, mejor es lo mejor: excelentes son los restaurantes de un nivel algo más elevado, como La Posada, por citar uno de ellos, una plaza fuerte de la buena gastronomía que hace una cocina moderna pero reconocible, con productos de la tierra a los que se da un aire distinto, tanto en su preparación como en su presentación.

Restaurante La Posada


Avilés, desde los años 20, era uno de los centros culturales mas importantes de Asturias. La programación teatral era la envidia de Asturias (la llamaban "La pequeña Atenas") y tenía un espléndido teatro (antes de tener el Centro Niemeyer), el "Palacio Valdés" . Hoy en día hay con una gran  programación teatral, musical y de todo tipo.

Teatro Palacio Valdés

 
La escuela de Artes y Oficios (ejemplo en toda Asturias) que  fue la primera de Asturias 

Escuela de Artes y Oficios

 La Reposteria (los buñuelos de viente en Galé, la pastelería Polledo, la Gil, las herraduras de Sto. Tomás, los mojís y croasanes de San Francisco). Casí todo perdido y que desde luego no pensamos que vaya a venir con el Niemeyer (Jackson Browne, Mayall, Winter, etc).

 




 Confiteria Polledo




Esto es y era Avilés ¡Ah! y la playa de Salinas y los alrededores de Avilés (campo y buena gastronomía).



Playa de Salinas

A finales de los 70 viajar por las cercanías de Avilés, y desde lo lejos causaba una impresión poco agradable, parecia una población envuelta en la contaminación.
Pasado el tiempo, ya casi en los 90,  realizar el mismo paseo ¡sorpende muy gratamente!, lo que era contaminación se ha reconvertido en una ciudad limpia y preciosa; con un inmenso jardín lleno de gran diversidad de árboles y muy propicio para disfrutar al aire libre, situado en la parte alta, es un pulmón para la ciudad.

Parque Ferrera





La parte vieja del centro rezuma cultura y arquitectura asturiana, soportales y grandes alerones salientes en los antiguos y nobles edificios. Es una delicia recorrerla. Especialmente resulta encantador pasear por Galiana, sobre todo recorriéndola en subida, yendo hacía la TataGuya, taberna-restaurante, donde se puede degustar desde un chorizo a la sida, en las mesas corridas de la taberna, hasta las excelencias de la cocina asturiana en el restaurante con mesa y mantel de copetín.


  Inicio de la Calle Galiana



La Calle de la Ferrería, antiguamente conocida como Rúa Nueva, es considerada la más antigua de la población. Es la principal avenida que atraviesa la ciudadela medieval y se encuentra llena de soportales.
 Esta hermosa calle está situada entre la plaza de España, centro neurálgico de la ciudad, y el parque del Muelle, eje principal de la zona sur del centro histórico. A lo largo de esta calle se encuentran edificios emblemáticos como la Casa de las Baragañas. Es un edificio de estilo gótico del siglo XIV que actualmente alberga el Archivo Histórico Municipal. Al final de la calle está el Ayuntamiento, edificio de estilo barroco de finales del XVII.En el entrono de la calle de la Ferrería llaman la atención: la iglesia de los Padres Franciscanos. Edificio de estilo románico del siglo XII, Adosada a la iglesia se encuentra la capilla de Santa María de Los Alas, del siglo XIII, uno de los mejores ejemplos del protogótico asturiano. El palacio del Marqués de Camposagrado. El edificio cuenta con dos fachadas, una de carácter defensivo y sobria que da a la ría, y otra, la fachada sur que da a la plaza de Camposagrado y de estilo barroco.

 Calle de la Ferrería

 
Cai de la Ferrería



Cai el Sol esquina con Ferrería 


Esquina de la calle del sol con la ferrería 




Calle San Bernardo



La iglesia de los Padres Franciscanos, antigua parroquia de San Nicolás de Bari en tiempos de la muralla, es, probablemente, el testimonio más antiguo del románico en Avilés y, sin duda, el edificio avilesino de más edad conservado hasta la fecha. Su consagración por entonces a dicho santo, patrono de marineros y comerciantes, tuvo que ver con las actividades portuarias y mercantiles de la villa. Afincado al final de la calle de La Ferrería, este lugar de culto, de reducidas dimensiones y notable riqueza artística, nació al parecer entre finales del siglo XII y comienzos del XIII, dentro del recinto amurallado de la ciudad.

En el interior, descansan los restos del gran marino Pedro Menéndez de Avilés concretamente a la izquierda del altar mayor


Iglesia Padres Franciscanos

Esta iglesia conserva varias capillas funerarias. Adosada al flanco izquierdo o norte de la iglesia, y hoy ya totalmente integrado en ella –lado del Evangelio–, el maestro ovetense Fernán Rodríguez de Borceros construyó en época gótica, bajo la advocación de la Asunción, la capilla funeraria de los Ángeles (concluida en 1499), llamada igualmente capilla de Pedro Solís, un notable clérigo local

Iglesia Padres Franciscanos


La Capilla del Cristo o de San Pedro se halla en la emblemática calle Rivero (Camino de Santiago), junto a los Caños de Rivero. Se trata de una pequeña capilla con espadaña, construida en mampostería en el siglo XVIII. En su interior se conserva el escudo de los Rodríguez de León, y se venera al Cristo atado a la columna y al apóstol San Pedro (todo un símbolo popular en la ciudad).

 Capilla del Cristoo de San Pedro


La calle Rivero es una de las más emblemáticas de la ciudad, y lugar de paso obligado para los peregrinos jacobeos. Hacia la mitad de su recorrido hay una antigua fuente de piedra (del año 1.815), formada por un pilón circular con cuatro caños, por lo que es conocida como "los caños de Rivero". Está rodeada de bancos de piedra, y junto a ella se encuentra la Capilla del Cristo o de San Pedro.

Fuente de los Caños de Rivero Aviles


Cementerio de la Carriona propuesto para que sea declarado Bien de Interés Cultural
Sobre Avilés, en la Carriona, se encuentra un cementerio municipal de origen decimonónico y para muchos uno de los más hermosos del Estado. El cementerio de la Carriona fue inaugurado en septiembre de 1890. Destaca el conjunto de esculturas y estilos arquitectónicos que nos podemos encontrar en él y que lo convierten en un auténtico museo de arte al aire libre. Entre los restos que reposan en el cementerio destacan los del escritor Armando Palacio Valdés.

 Cementerio de Avilés en el barrio de la Carriona


cicLaC, Centro de Interpretación del Cementerio de La Carriona
Un espacio para la difusión de la historia y el arte funerario


                          
                        Antigua vivienda del capellán                                Interior de cicLaC
                        y del conserje del cementerio
                        de La Carriona
cicLaC, Centro de interpretación del Cementerio de La Carriona es un espacio expositivo pionero en España y, junto con el Museo de la Historia Urbana de Avilés, conforman la red de museos municipales de la ciudad.

Son autores del plan y discurso museográfico Manuel Ángel Hidalgo Menéndez y Ricardo Fernández López. Con la rehabilitación de las antiguas viviendas del conserje y capellán, se recupera en el exterior del camposanto el diseño original de Ricardo Marcos Bausá, arquitecto que proyectó el cementerio avilesino en 1890. 

En el recorrido a través decicLaC el visitante se encontrará con una serie de paneles que muestran el contexto histórico en el que se erige el cementerio, su construcción a finales del siglo XIX, los principales elementos artísticos con obras de prestigiosos artistas como Cipriano Folgueras, Manuel del Busto o Federico Ureña, los avilesinos más significativos allí enterrados como Armando Palacio Valdés, Julián García San Miguel, Benjamín y Julián Orbón, Marcos del Torniello..., así como una mención a los antiguos cementerios de la ciudad y a los otros dos camposantos del municipio: el parroquial de San Cristóbal de Entreviñas y el también municipal de San Pedro de Navarro-Valliniello, mostrando igualmente el Avilés de aquellos momentos.
El cuerpo expositivo lo completan varias vitrinas con reproducciones facsimilares de proyectos de panteones, solicitudes de enterramientos de mediados del siglo XIX o proyectos constructivos no ejecutados procedentes del archivo municipal, así como dos audiovisuales, uno de la Ruta Europea de Cementerios y otro del propio cementerio avilesino. 

El visitante dispone de un plano con el que puede seguir los itinerarios “Espacio de arte” y “Lugar de memoria” con los que recorrer este precioso cementerio, descubriendo el valor artístico del mayor museo al aire libre con que cuenta Avilés. 


Floristería Alisma calle Fernando Morán





Cruz delante del Albergue de Peregrinos en Avilés calle Gutiérrez Herrero




 centro cultural Oscar Niemeyer