miércoles, 26 de agosto de 2015

Avilés la villa del Adelantado


Avilés la villa del adelantado de la Florida 



Avilés está situado en el centro de la franja costera del Principado de Asturias, al oeste del cabo del cabo Peñas, a orillas de la ría que lleva su nombre.
Milenaria villa marinera y comerciante, es ahora una ciudad moderna y centro metalúrgico de primer orden, fruto del crecimiento demográfico y del despegue industrial.



Avilés



Avilés villa historica, las gestas de uno de sus más venerados ilustres, D. Pedro Menéndez de Avilés, fundador de San Agustín de la Florida  la ciudad de origen europeo más antigua de Estados Unidos y cuyos logros convertirían para siempre a esta sorprendente y camaleónica ciudad en la Villa del Adelantado.

Camaleónica porque tiene muchos rostros, y muda su aspecto a cada paso, y en cada mirada afloran reminiscencias de sus Edades, que conviven en armónica presencia, desde la más remota antigüedad hasta un cosmopolita y prometedor presente.


Avilés, Puerto Deportivo 



Memoria del acero. Evidentemente no fue casualidad que en pleno siglo XX Avilés se convirtiera en una de las capitales mundiales de la siderurgia integral. Su orografía, sus recursos naturales, sus posibilidades de crecimiento, el fuerte sentido innovador y el espíritu de exploración constante que animó la historia de la ciudad… En realidad todo parecía pensado para que una revolución tecnológica y del conocimiento tuviese como protagonista a Avilés, y así fue. Y así es. Y con proyección de futuro porque la nueva Manzana del Acero se convertirá sin duda en la capital europea de la I+D siderúrgica, y en un espacio de innovación en nuevos materiales único en el mundo…

La memoria del acero está viva en Avilés también a cada paso, y la escultura de Benjamín Menéndez que se alza en el paseo de la ría es una metáfora certera de la historia y la vida de la ciudad: No es casualidad que se llame “Avilés” y sea de acero…


Avilés, Puerto deportivo

Avilés nos transporta de espacio en espacio y de Edad en Edad sin esfuerzo, sin estridencias, con sumo gusto y con apacible hospitalidad. Nos transporta a los sueños de profundidades abisales en su Cañón - el valle submarino más profundo del planeta -, a castillos como el de Gauzón, en el vecino Castrillón, donde está el origen y defensa de una identidad, a mágicas leyendas que saben a verdad como la de la isla de San Balandrán.



 San Juan de Nieva


Avilés calle San Francisco 



Avilés, calle San Francisco



Avilés 



Faro de Avilés 

La villa de Avilés aparece mencionada por primera vez en un documento en el testamento del rey Alfonso III, en el año 905. Este mismo monarca hizo construir el castillo de Gauzón en el peñón de Raíces (donde fue revestida de joyas la Cruz de la Victoria) para vigilancia y defensa del estuario. 
El Fuero concedido por el rey Alfonso VI en 1085 otorga a Avilés unos privilegios políticos y económicos que le permiten convertirse en la segunda ciudad en importancia de Asturias. Esto unido al perfecto abrigo que proporcionaba a las naves, hicieron de su puerto uno de los principales no solo del Cantábrico, sinó del Atlántico europeo


Castillo de Gauzón (una fortaleza de los reyes de Asturias (siglos VIII-X) situado concejo de Castrillón 

para colmar el halo de misterio que subyace en el entorno avilesino, ahí está la leyenda con visos de certeza de la isla de San Balandrán, que se supone que existió en el maremágnum de arenales y marismas de aquella idílica ría de los tiempos del Medievo. Estuvo probablemente cerca de lo que hoy es la playa de San Balandrán, y cuentan que allí hubo un asentamiento monacal, y que durante mucho tiempo, con el vaivén de las mareas, afloraba como una visión casi espectral el campanario de una iglesia…


Avilés playa de San Balandrán



Avilés, Pedro Menéndez  el adelantado de la Florida en el parque del muelle


¡El Avilés misterioso te resulta fascinante y sorprendente! Adelantada en la conquista del Océano
De tan rica historia antigua y medieval, no podía surgir sino un Avilés brillante en el Renacimiento, el Avilés de D. Pedro Menéndez, una de las grandes figuras en el imperio español de Carlos V y Felipe II, y que sería determinante en la vinculación asturiana y avilesina con Cuba y la Florida.


Avilés, Templete de música del Parque del Muelle (1894) de estilo modernista diseño de F. Ureña


Avilés conserva hoy vivos esos vínculos transoceánicos, muy patentes en la ciudad, no solo en sus monumentos o símbolos, sino en la vocación a la navegación y a la investigación de sus habitantes, que se respira cuando das una vuelta.

Es gratificante seguir la huella en Avilés de este marino con increíble historia en vida y también tras su muerte. Es muy recomendable que te acerques al conocido como Parque del Muelle a contemplar su monumento. Allí te encontrarás una atmósfera de corte romántico, como la de un boulevard parisino, y tras esta emotiva visita puedes rematar en la iglesia de los Padres Franciscanos, en pleno corazón del casco histórico de Avilés, donde reposan sus restos.



Avilés, entrada al parque del Muelle desde el paso de las vías del tren

En el siglo XII se construye la iglesia de Santa María Magdalena de Corros y en el XIII el antiguo convento franciscano (hoy iglesia de San Nicolás de Bari), ambas extramuros.
A finales del siglo XIII se completó el trazado circular de la muralla (ensanche medieval). Este recinto amurallado recibía el nombre de La Villa y fue arrasado por un incendio en 1479. Como medida de ayuda, los Reyes Católicos le conceden un mercado franco los lunes, que aún hoy continúa celebrándose el mismo día. Se construye la iglesia vieja de Sabugo, al otro lado de la marisma. Mención aparte merece la actual iglesia de los Padres Franciscanos (anterior parroquia de San Nicolás) que nos ofrece ejemplos arquitectónicos románicos, protogóticos, góticos y barrocos.
En el siglo XVII la villa comienza a extenderse fuera del recinto amurallado (ensanche barroco). Hacia el sur se levantan el palacio de Ferrera, el palacio municipal y la casa de Rodrigo García-Pumarino, formando entre ellos una plaza (actual Plaza de España, o El Parche) de la que arrancaron las calles de Galiana y Rivero. También se comienzan a empedrar algunas de las principales calles intramuros como la de la Ferrería, la de la Fruta y la del Sol.



Avilés, parque las Meanas


La capilla del Ecce Homo de la calle Galiana, levantada en 1649 bajo la advocación de San Roque, para proteger a la villa del contagio de la peste, fue demolida en el XVIII, siendo la actual de 1894.
Los Caños de San Francisco y el palacio de Camposagrado son de los siglos XVII y XVIII.
Del siglo XIV es la casa palacio de Valdecarzana, de la cual solo se conserva intacta la fachada que da a La Ferrería y hoy es sede del Archivo Histórico Municipal, uno de los más importantes de Asturias. Situada dentro del recinto amurallado, se cree fue residencia de un rico mercader que utilizaba la planta baja como tienda y almacén, y la alta como vivienda familiar.
El crecimiento demográfico origina que en 1818 se inicie el derribo de la muralla, y en 1868 se acomete la desecación y urbanización de las marismas que rodeaban la urbe (ensanche burgués), dando lugar a espacios como el Muelle de la Ría que une La Villa con el barrio marinero de Sabugo y la Plaza del Mercado (Hnos. Orbón).




Avilés, Iglesia Padres Franciscanos 

De principios del siglo XX data el Palacio de Balsera. Por ese tiempo Avilés fue una de las primeras ciudades del norte de España en tener alumbrado público, tren, teléfono y tranvías.
Entre 1900 y 1920 se produjo un notable crecimiento urbanístico debido a la conjunción de factores favorables: la apertura de la dársena de San Juan de Nieva, la instalación de diversas industrias, la mejora de las comunicaciones ferroviarias y por carretera, y la repatriación de capitales indianos. Se construyen entonces mansiones burguesas por toda la villa, así como el Gran Hotel, el teatro Palacio Valdés y la nueva iglesia de Santo Tomás de Canterbury, consagrada en 1904.

Avilés Iglesia de Santo Tomás de Canterbury


A mediados del siglo XX la población de Avilés se ha quintuplicado, nutrida de los trabajadores llegados de diversos puntos de España con destino a las florecientes industrias, entre las que destaca espectacularmente la instalación de ENSIDESA. En 1948 se instala Cristalería Española y en 1957 se enciende el primer horno alto de ENSIDESA.
Esto conlleva la rápida construcción de poblados en la periferia (ensanche industrial) para acoger tal avalancha de población. 
Mientras se iban transformando los alrededores de la Villa, el centro urbano permaneció inalterado hasta 1965 al amparo de la declaración en 1955 de Conjunto Histórico-Artístico por parte del Estado Español.



Avilés, Palacio Balsera


Avilés, Palacio Balsera



Avilés, Palacio Camposagrado 

¡No se tarda en comprender por qué Avilés es conocida como Villa del Adelantado, y es realmente una adelantada en la conquista del Océano! 

No cabe duda  que Avilés es una ciudad con hechizo, que encandila, que seduce así casi sin darte cuenta… Y resulta que, ¡Oh casualidades de la vida!, hablando de hechizos, el gran pintor de cámara de Carlos II el hechizado, el último monarca de los Austrias en España, era probablemente de Avilés.

El gran Juan Carreño de Miranda, retratista insigne y de marcada personalidad, vinculó para siempre Avilés con el arte Barroco, aunque se marchó de muy niño a Madrid y mantuvo escaso contacto con su tierra natal.






Avilés, la Monstrua 

Sin embargo su tierra nunca le olvidó, y Avilés se siente muy unida al pintor y su arte. Así que otro de los recorridos por el Avilés histórico es rastrear la presencia de Juan Carreño de Miranda, que como no podía ser de otra forma es muy artística: una reproducción escultórica de La monstrua; un mural con una cita personal y reproducciones de sus figuras, o una preciosa escultura en metal, donde aparece sentado, pensativo y con noble gesto mirando al Palacio de Camposagrado, que de nuevo por esas casualidades de la vida es la sede de la Escuela de Arte…


Avilés, Ventana del palacio Ferrera 


La prolongada sombra del Marqués de Ferrera

¡Oh sorpresa! Estando en la plaza del Palacio de Camposagrado admirando este palacio y la dulce pose de Carreño de Miranda, nos damos cuenta que justo enfrentado o enfrente, atravesando la Calle de la Fruta, está otro palacio que también hace historia en Avilés: el de Ferrera.

 Avilés, fuente en la calle la Fruta esquina de ayuntamiento






 Avilés, Parque de la Magdalena






En 1980 se inauguran el nuevo muelle pesquero y la cofradía de pescadores Virgen de las Mareas. 
Hoy en día se está acometiendo la ampliación y modernización de su puerto pesquero, en cuya lonja se subasta casi el 70% de la pesca capturada en Asturias, lo que le posiciona como el primero de Asturias y uno de los cinco primeros de España. Asimismo se están completando las instalaciones del nuevo puerto deportivo.
Con la inauguración del Centro Cultural Oscar Niemeyer, Avilés ha experimentado un nuevo impulso fácilmente observable.
Un paseo por los soportales de sus antiguas calles, al resguardo del Sol o de la lluvia, proporciona la agradable oportunidad de descubrir ese Avilés que nos transporta a otras épocas.




Avilés Puerto, lonja de pescado rula 


¡Atenas, Roma, el Camino de Santiago con sus peregrinos llegando por mar, cuántas románticas historias te reserva Avilés!

Avilés, como La Habana, una ciudad con bocana

La vocación de ultramar late en la atmósfera de Avilés. Rincones, plazas, monumentos, edificios, personajes, y tantas referencias que nos transportan en un solo paso al otro lado del atlántico, y concretamente a una ciudad tan portuaria, marinera, dulce y risueña como La Habana.

El busto de José Martí, con plaza propia de aire totalmente habanero; el Centro Asturiano de La Habana; historias indianas; personajes como los hermanos Orbón, tan vinculados a la isla caribeña… El aire se vuelve híbrido, mitad astur, mitad caribeño, y es que hasta la bocana del puerto de Avilés nos recuerda a La Habana, también con su bocana… ¡Es como un sueño que une las dos orillas de un mar inmenso!


Avilés, escuela de artes y oficios  






¡Qué sana envidia nos da el Marqués de Ferrera!... En su poderío y su buen gusto está el origen de uno de los mejores exponentes del Barroco en Asturias, y de unos jardines que te dejan boquiabierto, y que son una impresionante mancha verde en medio de la ciudad.


Avilés, parque Ferrera

El Palacio de Ferrera está convertido hoy en un hotel de cinco estrellas que ha sido rebautizado como Palacio de Avilés, y que ha sabido conservar buena parte de los elementos originales del inmueble original. Es muy recomendable visitar la sala de exposiciones del palacio donde te encontrarás una impresionante escalera de caracol en madera policromada y gobernada por un antiguo mástil de velero, que parece sacado de una de las flotas capitaneadas por el Adelantado de la Florida… Si tienes la inquietud de recorrer la escalera, darás a una maravillosa terraza con vistas panorámicas sobre todo Avilés, el antiguo en primer plano, y las demás Edades de la villa, que se van yuxtaponiendo ante tus ojos tal como fueron surgiendo


Avilés, Jardín en el Parque Ferrera 


En ese momento no solo viajarás simultáneamente en el espacio y en el tiempo, sino que podrás sentirte como el auténtico Marqués de Ferrera, que desde allí contemplaba la ría, su ría y sus barcos…



Avilés, escalera caracol del palacio Ferrera 



¡Sin duda te sumergirás en el estilo de vida del Barroco!

Roma y Atenas se funden en Avilés

Que Avilés es un clásico, es un hecho más que probado. Que es una de las ciudades del norte de España con mayor tradición artística también. En Avilés el arte es el pan nuestro de cada día… Música, teatro, literatura, pintura, diseño, etc. A Avilés el arte le corre por las venas y eso se nota para bien.


Avilés, el Ayuntamiento desde el palacio Ferrera 


 Avilés, Palacio Ferrera



 Avilés, Palacio Ferrera



Avilés Plaza de España





Avilés, calle Bances Candamo 



La ciudad es conocida desde hace muchas décadas como la Atenas del norte, sobre todo merced a la eclosión artística que significó la inauguración del Teatro Palacio Valdés a principios del siglo XX, y al impulso que los indianos de origen avilesino le dieron a la cultura en la ciudad.

Como buen clásico o buena clásica, no podía recrear Atenas y faltar Roma. Y es que Avilés, como la Ciudad Eterna, está rodeada de colinas… Esta singular orografía hace que desde San Cristóbal, Miranda o La Luz existan preciosas vistas panorámicas de la ciudad y alrededores, de la ría y de la costa, y hace posible también que Avilés tenga un Camino de Santiago colgado literalmente de la rasa litoral…

Avilés, el Niemeyer desde la ría 

Avilés es mucho más que una ciudad con ría. Es una ciudad ribereña y costera en cuerpo y alma. En realidad, sus ocho kilómetros de ría le dibujan un paisaje variopinto y muy rico. Un paisaje de pantalanes deportivos, de muelles industriales, de rula, de playas idílicas como San Baladrán, de pueblos de cuento como San Juan de Nieva y su faro, que parecen sacados de una pintura de Edward Hopper…


Avilés Bocanada de la ría 


Avilés deja huella cuando después de navegar lentamente se atraviesa su bocana con rumbo oceánico, se intuye en la profundidad marina, rumbo oeste a unas siete millas, el Cañón de Avilés, el valle submarino más profundo de la tierra.

Escuchar a los marinos las historias de las especies de las profundidades abisales, entre ellas el aún enigmático kraken o calamar gigante, resulta cuando menos fascinante. Tantas especies aún inexploradas… ¡Dios mío, cuánto misterio por descubrir!

Misterio allende el mar, y misterio en tierra, en el inmenso promontorio que antaño fue una especie de islote como lo es hoy el Mont Saint Michel, y donde se alzó en plena Edad Media el Castillo de Gauzón - ahora en plena fase de excavación y reconstrucción -. La más emblemática de las fortalezas de la monarquía asturiana desde la que se dominaba la línea de la costa y la ría avilesina, y donde se dice que fue recubierta de piedras preciosas la Cruz de la Victoria.

Avilés puente de San Sebastian



Un “skyline” de diseño firmado por Oscar Niemeyer 

La línea del cielo en Avilés se dibuja desde hace un lustro con los trazos amables y curvos de Oscar Niemeyer. El Centro diseñado por el arquitecto brasileño aparece como una colina más entre las que protegen la ciudad. Una colina blanca con el fondo de verde y fuego del paisaje y la acería, y reflejándose dulcemente en la ría, como un gigante que levita sobre las aguas…


Avilés, El Niemeyer y los  puentes sobre la ría

Avilés camela con su amor por las artes escénicas y plásticas, nos hace recorrer toda Europa y América en un solo paseo, y nos trae a la vista la memoria del acero y del carbón, la memoria inmaterial de la materia, que se gesta en sus tecnológicas entrañas que no cesan de parir inventos para mejorar la Humanidad. 

Y en el medio de todo se tiñe de blanco y ondulado diseño, poniendo a flote el último empeño europeo del más prolífico y longevo arquitecto latino, Oscar Niemeyer. 

¿Y su Ría? Grande y poderosa, esta lengua de agua y arena nos cuenta en sus destellos, en sus luces y sombras, toda una vida de esfuerzos marineros, de rula sin cesar, de metalurgia extrema, de amor por el deporte, de expediciones americanas.



Avilés, centro cultural Oscar Niemeyer

¡En este siglo XXI Avilés luce un “skyline” de diseño con firma de autor: la de Oscar Niemeyer!


Avilés, Plaza  José  Martín


Avilés es una gran factoría de sueños y emociones, que saltan al cielo y a la tierra, en forma de agua y fuego, de arte y pensamiento, de vida cotidiana, de alegría asturiana.Y de sus calles, su ambiente, de su gente,



Avilés Ruíz Gómez oficina de turismo (antigua cárcel)


El concejo de Avilés se ubica en el centro norte de la costa de Asturias, es uno de los mas pequeños de Asturias, su longitud máxima de norte a sur es de 7,5 Km., mientras que su anchura es de 6.25 Km.,, lo que da una superficie de 25,34 Km2. 

Posee un magnífico casco histórico con calles, plazas centenarias y porticadas, palacios, iglesias, casonas, barrios marineros, etc., que nos traslaban al medievo. Se trata de una ciudad cargada de historia.







No hay comentarios:

Publicar un comentario