viernes, 24 de julio de 2015

Iglesia San Julián de los Prados Oviedo

Iglesia San Julián de los Prados Oviedo

 Iglesia San Julián de los Prados Oviedo Asturias

San Julián de los Prados, también conocida como Santullano, es una Iglesia prerrománica de principios del siglo IX que se encuentra en Oviedo (Principado de Asturias), siendo una de las principales muestras del arte asturiano. La iglesia está dedicada a los santos mártires Julián y Basilisa.

Fue declarada Monumento Histórico Artístico en junio de 1917 y patrimonio de la Humanidad el 2 de diciembre de 1998.

Su fecha exacta de construcción no ha llegado a nuestros días, pero se sabe que su construcción fue ordenada por Alfonso II. El templo está dedicado a los santos mártires egipcios Julián y Basilisa y se hizo sobre el siglo IX.

Es un templo espacioso que presenta claramente definidos los caracteres propios de este estilo. Tiene planta basilical de tres naves, separadas por pilares cuadrados que sostienen arcos de medio punto y presenta un transepto con un remarcado alzado. El iconostasio, que separa la parte reservada al clero, del resto del templo, presenta una remarcable similitud con un arco triunfal. Destaca de este templo su grandiosidad y su originalidad que se aparta de modelos visigodos. Pero sin duda, lo que más atrae de este templo es su decoración pictórica, con pinturas al fresco (estucos, con más propiedad) en tres cuerpos superpuestos, anicónicas, con decoración arquitectónica, de claro influjo romano. Se trataría más bien de un templo monástico y no palatino, si bien se reservaba para el rey una tribuna en el transepto.

De las tres entradas al templo hoy en día dos están tapiadas.

La decoración pictórica es el elemento de mayor importancia que podemos ver en la iglesia. Se trata sin dudas de la más importante tanto en extensión, conservación como variedad de iconos representados de su época en toda Europa occidental



 Iglesia San Julián de los Prados Oviedo Asturias


Aunque inicialmente fuera edificado a extramuros de Oviedo, hoy día podemos contemplar este templo perfectamente integrado en el casco urbano de la capital del Principado. Si bien ha conseguido mantenerse en pie a lo largo de los siglos, su conservación corre actualmente un constante peligro. La excesiva proximidad de la autopista "Y", construida hace algunos años y que enlaza los tres núcleos de población más importantes de la zona central asturiana (Oviedo, Gijón y Avilés), acarrea toda una serie de problemas de contaminación y estabilidad derivados del denso tráfico rodado que hace uso de ella


 Iglesia San Julián de los Prados Oviedo Asturias



La iglesia de San Julián de los Prados, popularmente conocida como Santullano, formaba parte de una villa palatina suburbana de la que ya no quedan restos. Se construye entre los años 826 y 838. Estaba dedicada a los Santos Julián y Basilisa de Antioquía que en Toledo recibían un culto importante.

Su aspecto actual es fruto de una restauración llevada a cabo entre 1912 y 1915 por Fortunato de Selgas. En ella se derribaron toda una serie de añadidos que desvirtuaban el conjunto, son sustituídas las bóvedas por cubiertas de madera y se reponen todas las celosías menos la del ábside norte que todavía se conservaba. Al levantar el encalado que recubría los muros, encontró el conjunto de pinturas más importante del arte asturiano.




Iglesia San Julián de los Prados ventana original Oviedo Asturias 

El templo se articula en torno a una planta basilical de tres naves, la central más alta y ancha que las laterales. Están separadas por arquerías de tres tramos sobre gruesos pilares. Los espacios que encontramos de oeste a este son los siguientes: vestíbulo, cuerpo de naves, crucero (con dependencias laterales) y cabecera. En cuanto a dimensiones, sus 40 metros de largo por 26 de ancho la convierten en la mayor construcción cristiana peninsular hasta el siglo XI. A excepción de los tres ábsides, para los que se usa la bóveda de cañón, el templo está cubierto con carpintería de madera tradicional. Para el suelo se utiliza el opus signinum.

Los muros se construyen mediante hiladas de lajas de piedra que oscilan entre los 3 y 20 centímetros de espesor y menos de 50 centímetros de longitud. Para las esquinas se reservan los sillares colocados a soga y tizón. Los contrafuertes que refuerzan y articulan el paramento perimetral están muy poco desarrollados en altura (alcanzan tan sólo la mitad de éste).

El nártex se presenta como un volumen saliente alineado con la nave central y adopta una planta cuadrangular.


Iglesia San Julián de los Prados Interior del templo Oviedo Asturias



interior San Julian de los Prados


Lo más relevante del cuerpo de naves es la presencia de un claristorio en la nave central con tres ventanas a cada lado recubiertas con celosías. Las laterales carecen de iluminación directa. La jerarquización de espacios queda claramente establecida mediante un fuerte contraste entre una nave principal muy amplia y bien iluminada y unas laterales estrechas, bajas y en penumbra.


 arcos Santullano San Julian de los Prados

El transepto, junto con las pinturas que recubren el interior, es el elementos más característico del edificio. No sobresale en planta pero sí queda marcado en altura. De hecho, es el cuerpo que mayor elevación alcanza (dos metros por encima de la nave central). Su ancho además es similar al de ésta. Un gran arco triunfal clásico de tres vanos lo comunica con el cuerpo de naves. Su interpretación es altamente simbólica. Representa la puerta entre el mundo terrenal y el celestial que todos los fieles deseaban franquear para acceder al mundo de los cielos y alcanzar la vida eterna. En la pared norte se han encontrado indicios que apuntan hacia la existencia de una tribuna de madera (hoy día no conservada) que sería utilizada por el rey para asistir a los oficios.

Iglesia de San Julián de los Prados. Vista interior 




 Iglesia de San Julián de los Prados. Vista interior

Decoración escultórica La única escultura que hallamos en la iglesia se reduce a los capiteles en mármol de tradición corintia con collarino y volutas de hojas, donde apoyan los arcos de medio punto de la capilla central y dos jambas de mármol labradas con figuras geométricas de forma hexagonal y motivos florales que se encuentran en la capilla central. Estas jambas también parecen provenir de algún otro monumento anterior. Es por tanto la decoración escultórica reaprovechada de monumentos anteriores y no original de esta iglesia.

Iglesia de San Julián de los Prados. Vista interior 

Pinturas murales Toda la iglesia se encuentra adornada con pinturas murales en estuco. Formado por tres registros horizontales superpuestos, con decoración de tipo arquitectónico de influencias del Bajo Imperio Romano. La técnica empleada es el uso del punzón sobre el estuco y posterior pintura. No aparecen figuras humanas ni de animales (anicónicas), asi destacamos la presencia de palacios con cortinajes, edificios, cruces con el alfa y omega, florones, circunferencias, hexágonos y cuadrados, vasos con flores y ramos, sartas y guirnaldas, los arcos se decoran con círculos entrelazados, sus bóvedas con casetones y otros motivos de tradición clásica. Las pinturas han llegado hasta nosotros de forma fragmentaria por lo que en algunos lugares de la iglesia han desaparecido. 

La gama de colores van desde el gris-azul, el ocre-amarillo y el rojo carmesí y siguen una tradición claramente de filiación romana.



 ESTUCADOS DE LA IGLESIA DE SAN JULIÁN DE LOS PRADOS


El primer cuerpo o registro, abarca desde el suelo hasta el arranque de los arcos y se caracteriza por imitar un zócalo con revestimiento de mármol y figuras geométricas entrelazadas. En la nave del transepto para compensar la mayor altura de la nave sobre la parte superior del primer cuerpo se decora con una greca. 

El segundo cuerpo se decora con un friso con edificios revestidos de cortinajes y otros pequeños edificios. Decoración de casetones similares a los que cubren también las capillas absidiales. 

El tercer cuerpo se caracteriza por pinturas con construcciones con cortinajes en alternancia con espacios rectangulares, y cruces con las letras alfa y omega (la cruz apocalíptica de San Juan). Vasos y jarrones con flores. 

Así mismo los arcos de separación entre naves también van decorados con pinturas (círculos, cráteras de las que salen espigas). Grandes óvalos alrededor de los arcos con decoración de círculos concéntricos entre ellos. Tanto el intradós como los frontales de los arcos están pintados. 

Las bóvedas de los ábsides contienen dibujos formados por cuadrados y hexágonos y otros de círculos enlazados con motivos florales. 



  Iglesia San Julián de los Prados Oviedo Asturias


La cabecera adopta una disposición típica en el arte asturiano: triple ábside rematado en testero recto. Se abren al transepto mediante arcos de medio punto realizados en ladrillo (como todos los del templo). El espacio de la capilla central se enriquece con la presencia de unas arquerías ciegas de medio punto sobre columnas de fustes monolíticos y capiteles florales. En las laterales se repite este mismo esquema pero en pintura. Cada ábside recibe luz del exterior por una ventana cuadrangular que se cubre con celosía. Con el fin de equilibrar los volúmenes, sobre el ábside central se coloca una cámara supraabsidial a la que se le practica una ventana de triple arco sobre columnillas de fustes monolíticos, basas áticas y capiteles florales.


  Iglesia San Julián de los Prados Oviedo Asturias



  Iglesia San Julián de los Prados Oviedo Asturias



  Iglesia San Julián de los Prados Oviedo

La separación entre la nave principal y el transepto se realiza mediante un gran muro, en el cual se abren tres arcos. El de la nave central muy grande, a modo de arco de triunfo, los de las naves laterales de iguales características pero mas pequeños. El gran arco central apoya sobre pilares y al ser de menor tamaño que la nave central permite la apertura de dos vanos en forma de ventanas con arcos de medio punto. 

Dispone además la iglesia de un pórtico de entrada en su fachada occidental, situada a los pies de la iglesia, es la entrada natural a la iglesia. Formado por un arco de medio punto con dovelas de ladrillo. Debajo del tejado un pequeño óculo y más arriba en el hastial de la nave central otro pequeño óculo. Remata el conjunto una espadaña con dos pequeñas campanas. El pórtico tiene base cuadrada, cubierta de madera y tejado a doble aguas. Esta cubierta de madera conserva nueve vigas que están grabadas con dibujos geométricos.


 Iglesia de San Julián de los Prados. Vista interior

Una habitación a cada lado del transepto, una situada en la fachada norte y la otra en la fachada sur. La situada en el lado norte cumplía funciones de sacristía y no tiene salida al exterior, mientras que la habitación del lado sur tiene una salida al exterior, abierta como hemos dicho en el siglo XX.

Iglesia de San Julián de los Prados. Vista interior


Los arqueólogos afirman que en el muro del transepto norte y en alto debió existir una tribuna regia confeccionada en madera y que sería el lugar desde donde el rey seguía el oficio divino. A la misma se accedería por una escalera situada probablemente en la sacristía. Un gran ventanal cerrado por una celosía calada y situada enfrente en el muro sur iluminaba el lugar, realzando la figura del monarca al ser iluminado por la luz tamizada de la celosía. 

Toda la iglesia, pórtico, transepto y habitaciones se cubren con cubiertas de madera de roble, excepto en los tres ábsides en que se cubren con bóvedas de cañón apoyadas en impostas. Las techumbres de madera excepto en algunos tramos no son originales. 

La cabecera está formada por tres ábsides con testero plano. A cada lado de la capilla central una pequeña puerta comunica con los ábsides laterales. En el testero de la capilla central un pequeño tabernáculo en forma de edículo rematado por un frontón triangular. La separación entre el transepto y las capillas absidiales se realiza, a través de tres arcos de medio punto.


 Iglesia de San Julián de los Prados. Vista interior


En el interior de la capilla presidiéndola un Cristo del siglo XII de tamaño natural. Adosado al perímetro interior de la capilla central se dispone una arquería ciega que apoya en columnas y capiteles de mármol, visigodos o romanos reaprovechados de algún monumento anterior. 

Las capillas laterales tienen la misma disposición de arquería ciega que la capilla mayor, sólo que en este caso la arquería está pintada sobre el muro

El ábside central es de menor anchura que la nave central, mientras que los laterales son algo mas anchos que las naves laterales, siendo el conjunto de la cabecera por tanto de una anchura algo menor que el resto de la iglesia. 

Sobre la capilla central hay una habitación cerrada cuyo fin nos es desconocido aunque los autores apuntan a una función estrictamente estética. Es perfectamente visible desde el exterior por su ventana trifora tan propia del arte asturiano. El suelo de esta cámara esta algo curvo por su adaptación a la bóveda de cañón sobre la que está construida. Desde este lugar dos canalizaciones salen al exterior para evacuar el agua que pudiera entrar en la cámara. 

Yo me inclino por llamarla cámara del tesoro, entendiendo por tesoro, como reliquias y objetos de valor de índole religioso y no monetario. 

La ventana trifora visible desde el exterior, es un vano formado por tres arquillos de medio punto en ladrillo, el central mayor que los laterales y que apoyan en dos pequeñas columnas con capitel y basa. 


 Iglesia de San Julián de los Prados. Vista interior



Las capillas absidiales se iluminan por tres pequeñas ventanas adinteladas con jambas y dintel monolíticos y con un arco de descarga de ladrillo en su parte superior. Las ventanas se cierra cierran mediante celosías 

El interior de la iglesia se ilumina por tres ventanas adinteladas a cada lado de la nave central y que se corresponden a una por cada tramo de la arquería. Las ventanas se cierran mediante celosías de estuco moldeado, siendo únicamente la situada en el lado norte del testero, original. 



Iglesia de San Julián de los Prados. Vista interior

La iglesia también es conocida como Santullano, deformación del nombre latino "Sanctum Iulianium" (San Julián), ya que la iglesia se encuentra bajo la advocación de San Julián (Iuliani) y su esposa Santa Basilisa (Baselisse). El sobrenombre de Los Prados, le viene por su lugar de emplazamiento. 

San Julián y Santa Basilisa naturales de Antioquía hicieron promesas de castidad y virginidad a pesar de estar casados, acabaron retirándose ambos al desierto para efectuar una vida monacal y vivir conforme a sus promesas. 

El templo fue construido en tiempos del rey astur, Alfonso II el Casto, el cual estableció la capital del nuevo reino en Oviedo en el año 792, ciudad en la que había nacido. En el testamento del rey Alfonso otorgado en el 812 no aparece citado, por lo que se considera que la iglesia se construyó entre el 812 y el 842, fecha de muerte.


  Iglesia San Julián de los Prados Oviedo Asturias

Oviedo es una ciudad fundada sobre una colina llamada Ovetao en el 761 por los monjes Máximo y Fromestano que levantaron una ermita en honor a San Vicente Mártir. Alrededor de esta iglesia se aglutinaría la población que daría origen a la ciudad de Oviedo. 

El templo formaba parte de un conjunto palatino de recreo compuesto de palacio e iglesia, extramuros de la ciudad. De todos los edificios que componían el conjunto sólo la iglesia ha llegado hasta nosotros.

  Iglesia San Julián de los Prados Oviedo Asturias

El nombre de su arquitecto no nos ha llegado, pero sí sabemos que el arquitecto del rey Alfonso, era Tioda, por lo que es presumible afirmar que Tioda fue el arquitecto que levantó esta obra. 

En el 896 el rey Alfonso III el Magno dona el conjunto palatino a la Catedral de San Salvador de Oviedo. 

  Iglesia San Julián de los Prados Oviedo Asturias


Entre 1912 y 1915 Fortunato Selgas arqueólogo local, restauró la iglesia, quitando los añadidos de la misma, sustituye la cubierta abovedada por cubiertas de madera, se reponen las celosías menos la del ábside norte que es original, y limpia el interior de la iglesia del encalado que la cubría apareciendo las pinturas murales en sus muros. 

La puerta abierta en la habitación del transepto sur, fue abierta en 1916 para permitir su acceso desde el exterior.


 Iglesia de San Julián de los Prados. Vista interior

La iglesia se articula en tres sectores de organización: una planta basilical, el transepto y la cabecera recta tripartita. Tiene unas medidas de 28 x 24 metros. 

Después de atravesar el pórtico de entrada, accedemos a una planta basilical formada por tres naves de tres tramos cada una, separadas por grandes pilares cuadrados que sostienen arcos de medio punto con dovelaje de ladrillo. Los arcos se apoyan en cimacios y los pilares descansan sobre basas cuadradas. La nave central es mas ancha y alta que las laterales.


 Iglesia de San Julián de los Prados. Vista interior


Una gran nave transversal de mayor altura (dos metros más que la nave central) forma un transepto sin crucero. 

El templo está realizado en sillarejo con lajas irregulares de piedra unidas por mortero, con refuerzos de sillares en las esquinas y contrafuertes. Los contrafuertes suben hasta mitad de la iglesia, excepto en la cabecera que llegan hasta la altura de la ventana trifora. 

El suelo original era del conocido como "opus signinum" formada por polvo de ladrillo, trozos de tejas y piedras mezcladas con cal, lo que era muy eficiente contra la humedad.

Iglesia de San Julián de los Prados. Vista interior Santullano transepto

La Iglesia de San Julián de los Prados Fue donada a la catedral a finales del siglo IX por Alfonso III el Magno.

La iglesia prerrománica de San Julián de los Prados es el más antiguo y mayor de los edificios prerrománicos que aún se conservan. Construida durante el reinado de Alfonso II el Casto (791-842), fue dedicada a San Julián y su esposa Santa Basilisa. En el año 896 fue donada a la catedral de Oviedo junto ''con sus palacios, baños y triclinios'' por Alfonso III el Magno.

Consta de planta basilical latina de tres naves, crucero formado por una gran nave transversal, cabecera tripartita con tres capillas cuadradas cubiertas con bóvedas de cañón, pórtico a los pies y cuartos laterales.

En el interior, las naves están separadas por arcos de medio punto sobre pilares cuadrados. La nave central está separada de la transversal por un arco toral a cuyos lados hay dos huecos con arco de piedra.

Las naves y el crucero se cubren con armadura de madera, mientras que en las capillas se emplea bóveda de cañón. Sobre la capilla central se encuentra un recinto con acceso desde el exterior a través de una ventana ajimezada con tres arquillos de ladrillo sobre dos pequeñas columnas de mármol.

Destacan las pinturas que decoran el estuco que revocaba todo el interior de los muros y de las bóvedas, que derivan de motivos ornamentales romanos, así como la arquería ciega que recorre el ábside central, y las celosías que cierran los huecos (solamente una es original).






reconstrucción digital de las pinturas prerrománicas de Santullano de los Prados, las más importantes de su época en Europa




La iglesia de San Julián de los Prados, también conocida como Santullano, es el más antiguo y el mayor de los templos del Prerrománico Asturiano. Fue erigido por el monarca Alfonso II (791-845) en honor de los santos Julián y Basilisa, mártires en Egipto, y es el único edificio que ha llegado en buen estado a nuestros días de todos los que levantó este monarca. Las últimas investigaciones del arqueólogo César García de Castro apuntan a que el templo fue levantado a partir de los años 820-825. El 8 de junio de 1917 se convirtió en Monumento Nacional y en diciembre de 1998 fue declarado Patrimonio de la Humanidad junto con la Cámara Santa y la Foncalada de Oviedo. Se ampliaba así, trece años después, la lista de monumentos protegidos por la UNESCO, de la que ya formaban parte Santa María del Naranco, San Miguel de Liño y Santa Cristina de Lena. Todos ellos conforman un conjunto patrimonial único en el mundo y el más valioso que posee Asturias




Santullano fue construida fuera del núcleo fundacional de Oviedo. Hoy, el crecimiento de la ciudad hacia el Norte, ha rodeado este templo enclavado en lo que tuvo que ser un delicioso valle de La Vega. Levantada en un nudo de comunicaciones de origen romano, se encuentra a unos 800 metros del paño de la muralla ovetense y formaba parte de un conjunto arquitectónico, quizá con palacio y baños, que ha desaparecido. Los restos de este legado de Alfonso II, aún sin excavar, podrían encontrarse bajo las instalaciones de la cercana Fábrica de Armas. Santullano ha llegado a nuestros días tras un viaje de 1.200 años y, desde el exterior, sorprende por sus notables dimensiones (33 metros de largo por 29 de ancho) y por el delicado equilibrio de volúmenes, algo que caracteriza a todos los edificios del Prerrománico Asturiano. Por desgracia, sorprende también por su entorno pues, pese a los distintos planes y propuestas de los expertos, la autopista “Y” sigue pasando a escasos metros de las paredes de esta joya. Con todo, el verdadero tesoro de Santullano se encuentra en su interior. En sus paredes puede contemplarse el mayor conjunto de pintura mural altomedieval de Europa.



Los frescos, que hoy ocupan aproximadamente el 50% del interior del templo, recubrían sus paredes por entero. En gris-azul, ocre-amarillo, rojo carmesí y negro humo, todos ellos presentes en la pintura romana, aquel despliegue de colores era un esplendoroso reflejo del poder de Alfonso II. Pocos entraban en aquel templo sin sentirse deslumbrados. Las pinturas fueron descubiertas en la restauración llevada a cabo entre 1912 y 1917 por Fortunato Selgas y Vicente Lampérez, que retiraron las bóvedas falsas de yeso y el encalado que recubrían el interior. Después, las pinturas fueron restauradas en distintas campañas. Pero no todas fueron intervenciones afortunadas. La de los años 80 resultó especialmente lesiva y, en algunos casos, se alteraron las pinturas. Pese a ello, la situación es reversible. En 2011, la restauradora Natalia Díaz-Ordoñez elaboró un estudio de conservación de los frescos por encargo del Instituto de Patrimonio Cultural de España y del Gobierno del Principado. El trabajo reveló la existencia de importantes problemas de conservación y la necesidad de una intervención urgente que aún no se ha producido. Los mismos estudios, no obstante, permiten concluir que con la adecuada inversión la “resurrección” de Santullano es posible.




Las pinturas de Santullano son anicónicas. Es decir, no contienen ninguna representación humana o animal. Es una sucesión, estructurada en dos o tres frisos, de representaciones de motivos geométricos enlazados y repetidos, de arcos y pequeñas iglesias, de grandes marcos arquitectónicos, de velos y cruces gemadas semejantes a la Cruz de la Victoria pero unos ochenta años anteriores a este gran símbolo de Asturias. El significado de los frescos ha sido siempre un enigma objeto de controversia. Sin embargo, un reciente estudio del arqueólogo César García de Castro ha aportado luz sobre el asunto. Según este especialista, Santullano es en realidad un contenedor de profundos mensajes teológicos que están explicados en sus paredes con los códigos iconográficos y las referencias religiosas que manejaban los artesanos del siglo IX, absolutamente desconocidos para el hombre del siglo XXI. Así, en este conjunto mural excepcional se “habla” del misterio de la Santísima Trinidad, de la victoria de Cristo redentor o se representa el Paraíso como una morada construida con piedras preciosas.

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